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Cuento malo para la hora de dormir
Tipo fucked up, no tiene metas, no tiene planes ni objetivos, está seco, podrido, no sabe disfrutar, está completamente identificado con su dolor pero sabe que él no es sólo dolor, que no se puede ser sólo un dolor. Va a un pueblo en Perú, Cajamarca. Calles blancas, pasajes de sombra, patas de cabra. Le dicen del viejo. El viejo en la montaña. Duda. Un niño con una flor lo sigue por la calle del pueblo. Le dice, Yo te puedo llevar con el viejo en la montaña, es mi abuelo. Suben en tres horas abajo del sol y las moscas. Casi en la cima de la montaña le dan ganas de mear bajo un árbol. El niño desaparece. Arriba ya en la cima, alguien le da un palazo en cabeza y cae al suelo. Se despierta atado a un palo. Hay dos tipos asando una cabra al fondo frente a una choza. Está atado y con los ojos cubiertos. Escucha la voz de un viejo. El viejo le dice, Dime algo lindo. Él dice, ¿Algo lindo? El viejo le da un palazo en la cabeza y le repite, Dime algo lindo. No puedo. Porque sufro, no sé disfrutar. Dime algo lindo o te mato. Quieres morir. No. Entonces dime algo lindo. Así lo tiene durante seis horas, dándole palazos en la cabeza sin poder decir algo lindo, algo que le guste, algo que ame. Seis horas después lo desatan. Le dan agua y un pan. Siente que falló, baja la montaña, vuelve al mundo, se sienta en una taberna. ¿Me hablas a mí? Levanta la cabeza, ve a una sombra. Él no entiende lo que la sombra dice. ¿Cómo decís? Que si quieres ir a tomar un helado conmigo.
© Adrián Dozetas